El día de ayer se escucharon millones de gritos. No se trataba de ningún lamento, tampoco de algún maltrato, ni mucho menos alguna medida del magnate republicano estadounidense.
Fue un grito de solidaridad del sexo, dicho erróneamente por muchos machistas, como el más débil, siendo todo lo contrario en donde con el pasar del tiempo ha demostrado ser hasta más fuerte que el de los hombres.
Como sucede cada 8 de marzo de cada año se conmemora el Día Internacional de la Mujer o bien el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Y aunque existe una gran diferencia entre conmemorar y celebrar, siendo ésta última inapropiada en la muy personal perspectiva.
Tanto políticos de ambos sexos se han aprovechado del Día Internacional de la Mujer, para usarlo como una oportunidad más para hacer tribuna y brillar efímeramente ante las cámaras de muchos medios de comunicación.
Son unos políticos sinvergüenzas que no tienen ni la mínima idea o sensibilidad para saber lo que hace más de 100 años pelearon las mujeres para su causa y muchas de ellas ya no están aquí con nosotros.
En la actualidad sigue siendo muy superficial tanto como las féminas felicitaron a las de su propio sexo, así como los hombres hicieron lo mismo en felicitar a las mujeres con singular alegría y sin ningún sentido de peso, significado y total ignorancia, por otra parte, de la sociedad de ambos sexos. Palabras vacías al igual que los memes o los dibujos en redes sociales haciendo alusión al día de ayer.
No es una celebración alegre, pero tampoco es para estar llorando o de luto sino honrarlas recordando el esfuerzo de millones de mujeres y hombres que han luchado para lograr la igualdad dentro de una sociedad, la justicia, la equidad, reconocimiento laboral, y desarrollo, pero no solamente dentro del área empresarial o industrial, sino también en la menos reconocida que es la doméstica.
Ésta ha sido una las grandes luchas que ha tenido el ser humano, es decir, la igualdad de género.
La mujer ha tenido un gran recorrido a lo largo de su camino desde la falta de oportunidades de trabajo, la discriminación y soportar durante siglos el calificativo como el “sexo débil”.
Pero gracias a las luchas de millones de mujeres enfrentadas alrededor del mundo, se fueron abriendo caminos, como el derecho de recibir una educación, el acceso a los libros y el único beneficio que dejaron las Guerras Mundiales, fue la oportunidad para entrar al mundo laboral.
En la actualidad el mundo de la mujer se ha ganado con pulso un lugar muy importante en todos los ámbitos y reconocimiento en los diversos rubros e inclusive empiezan a ganar terreno las amas de casa que para algunos retrógradas no lo consideran como un trabajo, cuando realmente no saben que hacen el trabajo de muchos profesionales, pues es la gerente general de las finanzas del hogar, la enfermera, cocinera, niñera, chofer, profesora, y hasta decoradora de interiores; y como si no fuera suficiente; la peor pagada no solo económicamente sino como un ser humano al que nunca se le reconoce su labor pasando desapercibida su labor.
En pleno siglo XXI aquellos quienes consideraban como el sexo débil a las mujeres, no solo han demostrado una lección de aprendizaje a los hombres por no haber confiado en ellas hace años atrás.
Ahora son también fuente de inspiración y reconocimiento profesional, logrando sustituir plazas que antes eran vistas exclusivas para el hombre, existiendo ahora una libre competitividad en las labores especializadas en el mundo empresarial y político.
Ha sido una lucha silenciosa, en donde muchas de ellas perdieron la vida peleando con la convicción de tener la misma capacidad o más que la de un hombre para poder desempeñar un trabajo, pero de esa misma manera ya se conservó el secreto de esos fallecimientos y abusos de una sociedad en donde el sector laboral predominaba la de los hombres.
Es una pena que muchas mujeres jóvenes en el país, desconozcan el motivo e importancia, pues todas aquellas que se encuentran actualmente tienen un quehacer en la cual son remuneradas con el pago de un salario o perciben algún ingreso, son el resultado de mujeres valientes que décadas atrás llegaron a agruparse con apoyo de un sindicato para exigir igualdad de salarios y jornadas.
Detrás del rostro de cada una ellas se encuentran movimientos sociales, luchas que han superado más allá de la humillación, e indiferencia y todo para que al día de hoy sean consideradas y respetadas teniendo mucho que hacer todavía y no conformarse con los derechos que gozan actualmente muchas mujeres porque en la práctica dicha legitimidad legal se queda plasmado en papel y tinta porque la realidad es otra.
Es más que claro que la fuerza de las mujeres ha estado creciendo positivamente con el transcurrir de los años, rompiendo barreras en la obtención de mayores posiciones de nivel jerárquico profesional, laboral y empresarial, ocupando los principales lugares de directivos generales e igualdad entre mujeres poderosas y exitosas.
Los machistas mexicanos que se niegan a ésta realidad, tendrán que doblar su orgullo, porque no podrán negar la realidad y los hechos, ya que nadie puede negar los avances que las mujeres en el mundo incluyendo las mexicanas que de otros países siguen avanzando y poniendo el ejemplo del porque han dejado de ser el sexo débil.
Al menos es mi muy personal opinión, porque si venimos de una mujer, claro de su vientre donde nos engendran a todos los humanos, lo más justo, leal y merecido es que se reconozcan no solo las épocas de sufrimiento y marginación de que fueron objeto, sino la superación de esas diferencias.
Indudablemente hay mucho recorrido y cosas que hacer para no solo conmemorar a las mujeres sino para seguir abriendo camino y rompes aquellos tabús como podría ser la primera mujer Papisa que no sea un secreto de la Iglesia, sino reconocida ante el mundo. Por eso recordemos siempre que detrás de ese bonito rostro femenino hay algo más poderoso que rebasa la belleza, sino existe todo un movimiento social que ha costado innumerable cantidad de vidas. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org